¿Cuántos kilos pesaría usted en Marte? ¿Qué son las explosiones solares? ¿Cómo nos afectan? ¿Cuál es la visión de los wayús sobre el cosmos?
Los amantes de la astronomía, la física y la naturaleza podrán responder estas y otras inquietudes desde el próximo 22 de marzo, cuando abra sus puertas al público el Planetario de Bogotá después de un intenso proceso de rehabilitación que se prolongó por más de tres años.
La resurrección de este emblemático edificio de la ciudad, en la calle 26 con carrera 5a., supuso una inversión de 16.000 millones de pesos aportados por las administraciones de Samuel Moreno y de Gustavo Petro, a través del Instituto Distrital de las Artes (Idartes).
La remodelación incluye varias novedades, como la apertura de un impresionante Museo del Espacio que cuenta con 35 atracciones diseñadas para que los visitantes respondan las dudas más elementales sobre astronomía, pero de forma sencilla y a la vez divertida.
“Diseñamos los juegos pensando en provocar al visitante. La apuesta busca que la gente salga de aquí directo a mirar el cielo, que es el principio básico de la astronomía, y que, además, es gratis”, asegura Andrés Roldán, director de innovación y desarrollo del parque Explora de Medellín, donde existe una exhibición similar.
El ‘viaje’ por el museo es alucinante. Empieza con una proyección en una pantalla de seis metros de largo por tres de alto en la que se observa la Tierra vista desde un satélite. Luego se pasa a cabinas casi espaciales dotadas con monitores donde se exhiben documentales sobre la visión que tienen los wayús de la creación del mundo. También sorprende un espacio donde reconocidos actores colombianos debaten sobre la gravedad. Santiago García (Einstein), Víctor Hugo Morant (Guht) y Luis Meza (Hubble) cruzan datos y generan polémica por sus posturas encontradas.
Cambiar el proyector
El proceso de rejuvenecimiento del Planetario de Bogotá comenzó, tímidamente, en el 2008. “En esa época, la idea solo era cambiar el proyector”, recuerda David Morales, uno de los arquitectos que participó en la remodelación del escenario. Morales asegura que después de instalado el equipo, un proyector ‘power dome’, se dieron cuenta de que el edificio estaba desactualizado y su espacio, desperdiciado.
Así nació el plan de remodelación, que se sustentó en un estudio general que arrojó como resultado que el Planetario no contaba ni con un sistema de sismorresistencia, ni con una red contra incendios y mucho menos con un sistema moderno de iluminación.
Con la primera ‘cirugía’ se logró la instalación de un ascensor que llega a la terraza y se incorporó el sistema de sismorresistencia. Después se modernizó el área de proyección. “Cambiamos las 420 sillas que estaban desde 1969, cuando el Planetario arrancó”, anota el arquitecto, quien asegura que las nuevas son ‘reclinomatic’, lo que evita que el espectador haga sufrir su cuello mientras observa la proyección de los astros. Para Rubén Hernández, del equipo de arquitectos, otro de los cambios interesantes fue el despeje de las ventanas que daban al parque de la Independencia y que estaban tapadas por la Galería Santa Fe y por el Museo de Bogotá. “Eso le dio más libertad al edificio. Ese espacio se utilizó para instalar salas lúdicas y algunas oficinas”, cuenta Hernández.
Escalera al cielo
La fría terraza de antaño, con la cúpula gris en el centro, le dará paso a un sitio de ensueño acondicionado con poltronas desde donde los visitantes podrán acostarse y mirar el cielo.
Allí, según la gerente del Planetario, Natalia Rippe Sierra, niños y jóvenes tendrán la posibilidad de acampar y de apreciar exhibiciones nocturnas.
“Anteriormente, el Planetario albergó galerías, museos y otros espacios culturales; ahora nos vamos a centrar totalmente en el tema de ciencia, nuevas tecnologías y arte”, concluye Rippe.
El mismo año en que el hombre llegó a la Luna
Eran los años en los que el mundo pensaba que el hombre sí podía llegar a la Luna. En medio de ese ambiente nació el Planetario de Bogotá. En 1967, el entonces alcalde, Virgilio Barco Vargas, le propuso al Concejo de la ciudad la construcción de un planetario, como ya lo tenían otras grandes ciudades del mundo.
Como la capital no contaba con los recursos para tamaño proyecto, se recurrió a la Federación de Cafeteros de Colombia, que le entregó un préstamo al Distrito por medio del Banco Cafetero.
Con ese dinero, se contrató la obra con la cotizada firma de arquitectos Pizano, Pradilla, Caro y Restrepo, quien entregó el edificio después de año y medio de intervención. También se importaron desde Alemania los equipos y el proyector. De hecho, operarios de la firma Veb Carl Zeiss vinieron a Bogotá para el montaje de los aparatos.
El primer director del planetario fue Clemente Garavito Baraya, un estudioso de los fenómenos celestes.
La inauguración oficial se cumplió el lunes 22 de diciembre de 1969 con la presencia del presidente Carlos Lleras Restrepo y el alcalde Emilio Urrea Delgado.
Ese año coincidió con el sesquicentenario de la Campaña Libertadora y con la llegada del hombre a la Luna, el 20 de julio.
‘Es un ícono arquitectónico’
Germán Puerta Restrepo es el director científico del Planetario de Bogotá desde el 2009. Encabezó, hace 15 años, el movimiento de amigos de la astronomía que pedían que el escenario se convirtiera en un “centro de ciencias con proyecciones modernas”. Hoy no se cambia por nadie.
¿Cuál va a ser la filosofía del Planetario?
La astronomía tiene varias cualidades para incentivar a la juventud y a la niñez. Es un vehículo ideal para relacionarse con las ciencias naturales, con la historia, con la filosofía. El Planetario es una herramienta para difundir la cultura científica. Vamos a reforzar las actividades educativas y recreativas orientadas a formar jóvenes.
¿Y la principal novedad?
El Museo del Espacio. Es un recorrido de 600 metros cuadrados con 33 experiencias visuales, audiovisuales e interactivas acerca de la astronomía y de cómo mirar el cielo de diversas formas.
¿Cómo fue el proceso que llevó a la remodelación?
Hace 15 años, los amigos de la astronomía y del Planetario planteamos la necesidad de transformarlo. Lo que estamos inaugurando es lo que pedimos hace tanto tiempo.
¿Qué piezas raras se pueden observar?
Las rocas lunares. Somos la única entidad en el país en tenerlas. Fueron traídas en las misiones Apolo de los años 69 al 73 y donadas por la Nasa. El Planetario es de por sí un ícono arquitectónico único. Su ubicación es extraordinaria, esa es una de sus grandes fortalezas. Con lo que está pasando en el entorno del centro internacional, el Planetario va a ser un centro de atracción muy importante no solo para colegios sino también para extranjeros.
La re-apertura del Planetario
Enviado por Johana Torres
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